Un
momento,
quédate
así
sin nada
ni
nadie
más.
No
eches alas todavía
y
sigue llenando mi cuerpo
de
huellas
-esas
que hacen tu risa-.
Un
momento,
te
quiero mirar más
que
esos ojos tienen mucho
que
decir
y
no te he besado lo suficiente
como
para descubrirlo.
Y
ese mundo tuyo en las
manos
lleno
de vida y placer
de
muerte y resurrección
de
mito y verdad.
Amor,
tócame
y hazme.
Hazme
libertad en cualquier
rincón,
quítame
los miedos y las dudas,
las
bragas por el suelo,
el
colchón revuelto,
dame
sudor, lágrimas, orgasmos
dame
de ti.
Tú,
que
te pido un momento y me lo
das,
que
aunque no te vayas quiero
que
te quedes,
que
hablo de ti por no hablar de mi
o
de nosotros.
Dublín
me suena fuerte y
las
musas nunca mueren
sino
que pasean desnudas
por
mis más recónditos
pensamientos
haciendo de mi
poesía
corazón.
Te
estás convirtiendo en musa
-creo
que ya lo eras-
aun
así ya sabes lo que
conlleva
todas estas venas
transportando los sentimientos
que
ellas quieren.
Un
momento,
ahora
que estás
muerde
aquí
y
también aquí.
No
es un sueño.
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