sábado, 13 de junio de 2015

A prueba de balas

Desperdicié vida contando lunares
teniendo tus pupilas
mirándome y gritando que te salve.

Que te saque de mares rebeldes
y revueltos en otras aguas.
Y te seque,
para volverte a mojar
en las mías calmadas.

Te encontré de puntillas como si la arena
quemara
y solo querías alcanzar el sol.
Como niña curiosa que no se conforma con 
sus espinas, 
que también quiere las mías.

Nos abrazamos
y nuestras lenguas se convirtieron
en flores
de muchos colores, de muchos olores
y con mucha sed.

-Ves, no pinchamos, 
todavía hay rosas que no hacen daño-

Apúntame,
aquí o allá
estoy hecha a prueba de balas
-de momento-
aunque pierda los colores.

Todo tiene su explicación...

Sonríe,
que es poesía.

Ya has gastado la primera bala y has ganado un punto en tu salvación.
            



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