Huele a café en mi cama y en mis pies ya es invierno.
Siento piel sobre mí.
Respiración sobre mi boca, calor sobre mi ropa.
El sol entra por los agujeros de la persiana
y los ácaros siguen su rutina.
La mía se acaba de romper
y se ha personificado.
Tengo el trabajo entre pecho y cadera.
El tiempo compartido.
Sigue oliendo a café y todavía es verano en mis dedos.
Y en su pelo, primavera.
Las flores por el suelo como ropa interior.
Decoraciones de versos en la pared y besos entre las sábanas.
Las noticias en la radio hablan de lo menos importante.
Los vecinos siguen pisando con los talones por envidia
del amor.
Aquí abajo.
Los transportes a rebosar en hora punta
y yo en mi punto aprovechando el tiempo
y perdiendo el rumbo.
Y en un tumbo me encuentro.
Quiero café.
Quiero tostadas.
Quiero-te.
Buenos días, amor