sábado, 16 de enero de 2016

Casi un año

Ha sonado varias veces Ferreiro
y los kilómetros se han convertido en besos.
Gran vía se puso guapa para tu vuelta
porque Madrid es tuya.
-Y qué bonita-

Ahora, las risas son sábanas deshechas mientras
la luz del sol se cuela por la ventana.
Los pies fríos dicen que todo es 
posible.
Las cervezas de importación esparcidas 
por el suelo
recuerdan.

Los niños se llevan dentro -nada de cobardes-
y se prohíben las bodas y las misas -nunca los bailes-
Se llenan las visas porque a veces
la libertad
cuesta dinero.

Pero que no llegue la pena
que se nos olvide el aniversario
y nos escapemos en un barco.
Nunca es tarde para otra huida.

Casi un año...

Fíjate ahora,
pequeña soñadora
las canciones de Andrés
suenan de otra manera.

lunes, 11 de enero de 2016

'Te quiero de papel'


Hay una suerte de sonrisa
plasmada en cada línea de un cuaderno 
con fecha de verano.

En invierno, márgenes llenos de tinta
de te quieros en papel.
Manos que se desatan escribiendo sobre ti
que componen una melodía a piano. 

Hay sueños de pisadas en la arena de una playa
del sur. Olas que paren las horas en tu pecho. 
Y besos que sepan a sal.

Hemos perdido algo más que la ropa interior
hemos ganado en risas
casi miramos a los ojos al amor
y ya no hay más perdón por los bailes.

Y ahí estás tú
llenando cuadernos de vida
amor
vida
amor
mientras se hace melodía en cualquier colchón.

Hay dientes de león volando
porque he encontrado una espalda llena 
de ellos.
Y Montmartre dibujado en tus lunares
cumple todos los deseos.

Sigo haciendo recuerdos en papel
el amor en tinta
la vida en poesía -como tú-
porque además de libre

                         te quiero de papel

jueves, 7 de enero de 2016

"El secreto del centro de mi tierra"

Acabo de hablar directamente con el miedo
me he tomado el tiempo necesario para conocerle
comprenderle y sentirle de otra manera.

Me he atrevido a acercarme a pocos pasos,
a notar su respiración en mi cara y escuchar sus latidos.
Incluso alcé mi mano para acariciarle
y se dejó tocar.

He visto cómo llora el miedo, cómo se arrodilla para
pedir perdón, cómo mira con culpa y decepción.
Me arrodillo inmediatamente y le sostengo.

Nunca un encuentro fue tan realmente profundo
interno
extraño
y reconfortante.

Miro sus manos agarradas a las mías, sus venas marcadas
como las mías, las lágrimas corriendo por sus mejillas 
que mojan las mías.

Maldito momento en el que siempre se llega tarde...

El miedo no tiene la culpa de nada
pero nosotros,
nosotros seguimos llamando miedo al que nos grita
que todo es posible.