miércoles, 22 de abril de 2015

La regla del 3

Tres minutos me bastaron
para escuchar que esos
andares
llevaban el sonido
del desastre.

Tres horas en mi cabeza
y ya podía sentir
los tsunamis,
los tornados,
los huracanes,
de tus ojos en los míos.

Tres días contigo
y a mi corazón se le pegó
tu acento.

Tres semanas a tu espalda
y me bailaban
los remordimientos
de mi falda.

Tres meses de tus sonrisas
soñadas en mi cama,
en mi almohada,
en mis sábanas.

Tres años de verte
y no tenerte.
De abrazarte sin
sentirme.
De inventarte.

Tres siglos son
mucho tiempo
pero sería capaz de
compartirlos contigo. 

Pero tú,
ni tres segundos
conmigo.














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