Qué han hecho con la sonrisa
para los conocidos que se hicieron
desconocer.
Se perdió.
Qué vida más puta, ¿no?
-espera-
La vida no es puta
es vida,
y las putas no tienen culpa
de la vida.
Qué error -y horror-
lo anterior y la gente.
Esa que espanta y te abraza
acariciando la puñalada,
y te llama,
te desarma,
te apuntan con el perdón.
Y se acarician las bragas,
en pasado.
Pero no saben de la costura.
Esa que con hilo y lágrima
cosen la sangre -que no la piel-
de la niña que las deseaba.
Qué hicieron con la sonrisa
para los desagradecidos
y los perdidos de cabeza y corazón.
Con la mueca de esa niña que dejaron
jugar,
creer,
jugar,
creer,
jugar,
caer...
del columpio de los besos
que volaron.
Y al pájaro pocas veces se le puede alcanzar.
Y a la niña le faltaban unos brazos más grandes
para lograrlo.
Ya lo decían sus ojos
(ahí no había nada bueno).
O había de más -no sé si bueno-.
Dejó a la niña mirándose al espejo
con muchas costuras que coser,
y con la sonrisa para los conocidos
que se hicieron desconocer
perdida.
Y el agua sobre su espalda empañó los
cristales,
las lágrimas en los ojos -que no cayendo-
escribieron en ella
You are only human
y sonrió porque no se desconocía.
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