Muere el alma con cada señal perdida,
con la caída después de la lucha.
Muere el alma cuando se quiere y no
se puede, o se quiere y no te hacen
poder.
Muere el alma cada vez que nos rompen
la ilusión y apuñalan nuestro corazón.
Cadáveres de mariposas en el estómago.
Muere el alma con la decepción de los
amigos por los que una vez luchaste,
quisiste o reíste.
Muere el alma cuando los que se van,
ya no pueden volver, y más aquellos
que se marchan sin saber por qué.
Muere el alma cuando se pierden las
sonrisas y los 'te quiero' ya no suenan
nada bien.
Muere el alma en los gritos de silencio
de aquella noche a las tres.
Muere el alma en una sociedad
corrompida que no quiere comprender.
Muere el alma en las manos que no te
empujaron y te hicieron perder.
Muere el alma en el llanto de un niño
que no tiene nada para comer y en el
llanto de la madre por no poderlo
mantener.
Muere el alma cuando dejamos de creer,
cuando rezamos y no sabemos a quién,
cuando soñamos con los ojos cerrados
y el miedo domina nuestro ser.
Muere el alma.
Resucitará...
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