Queráis o no, siempre hay un camino que te hace seguir. Incluso, hay personas que te empujan a caminar. Hay muchas manos que te agarran la tuya y te dan un apretón para darte el impulso. Hay abrazos que te hacen repostar y sonrisas que le dan un toque bonito a este camino. Hay risas como banda sonora y silencios de recuerdos.
Hay tormentas que empañan los cristales y parabrisas que los limpia. Hay sorpresas que te hacen calar y seguidamente volver a arrancar.
Los paisajes son dignos de admirar si esas manos deciden caminar agarrada de la tuya.
Los momentos están para brindar, gritar, saltar, ayudar, reír, llorar, abrazar y, sobre todo, para recordar "que aún podemos crear nuevos recuerdos".
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